PARA TOSTÓN, EL BALANCE DE SITUACIÓN

PARA TOSTÓN, EL BALANCE DE SITUACIÓN

A la hora de planificar y controlar el apartado económico-financiero-patrimonial de todo negocio, las herramientas más potentes para ello son la cuenta de pérdidas y ganancias y el balance de situación.

Mientras que la primera de ellas (también denominada habitualmente cuenta de explotación) es más conocida y comprendida por los gestores de las empresas, el balance de situación resulta más árido y, desde la experiencia de OHR, no se le saca todo el partido que puede aportar a tal fin.

La cuenta de pérdidas y ganancias es como un contador de euros de un taxi, ya que se pone a cero al inicio de cada ejercicio económico, mientras que el resultado (positivo, o negativo) de cierre contable anual se traspasa al balance de situación, quedando por tanto de nuevo a cero.

Por el contrario, el balance de situación comienza su andadura con la aportación inicial a capital social, por parte de los socios (habitualmente con su contrapartida en tesorería), en el momento de constituir la sociedad, para seguir evolucionando y sumando y restando importes económicos, tanto en el activo, como en el pasivo, hasta el último día de la existencia de la empresa.

En OHR somos de la opinión de que cuando los clientes no comprenden algo que teóricamente debemos aclararles como profesionales, la causa no se encuentra en ellos, sino en nosotros.  Bien porque no lo hemos explicado de manera que se pueda entender de forma clara y sencilla, bien porque no hemos sido capaces de entusiasmarlos con nuestras explicaciones para hacérselo comprensible.

En nuestra faceta formativa, a la hora de participar en foros de emprendedores/as, o de universitarios/as, cuando les explicamos qué es y para qué sirve un balance de situación, les trasladamos un concepto sencillo y claro que hace que todos/as los/as asistentes comprendan:

BALANCE DE SITUACIÓN: Bienes + Derechos – Obligaciones = Patrimonio Neto

Formar y hacer comprender desde lo sencillo, es algo que nos ha demostrado que termina funcionando.

Porque cuando no se comprende y no se tiene claro en la mente qué es un balance de situación, se pasa por encima la reflexión necesaria a la hora de decidir si compramos un inmueble, o lo alquilamos. Si compramos maquinaria o la alquilamos. Si mantenemos un nivel de existencias u otro. Si la cifra de clientes crece y se retrasan los cobros. Si la tesorería es la adecuada o no. Si los préstamos obtenidos son a corto o a largo plazo. Si la deuda con proveedores y otros acreedores es la correcta. Si las reservas voluntarias es apropiado mantenerlas o repartir parte de ellas.  Y un largo etcétera que propicia que el desconocimiento nos haga tomar decisiones erróneas, o no conocer el camino de las acertadas.

Como consideramos tan importante comprender lo que es un balance de situación y lo potente que resulta su utilización, en próximos artículos de opinión del sitio web de OHR nos detendremos en apartados neurálgicos que sin duda ayudarán a nuestros clientes a mejorar su estilo de gestión.

Al igual que decía el título de una película del genial Woody Allen, lo que desde OHR pretendemos es que por su parte llegue a identificar “Todo lo que siempre quiso saber sobre el balance de situación y nunca se atrevió a preguntar”.

Óscar Hortigüela

Socio Director