Tras más de 30 años en el mercado, en OHR hemos visto nacer a diferentes proyectos empresariales, a los que hemos ayudado en su proceso de creación, crecimiento y consolidación. Pero también nos hemos encontrado con negocios que han tenido que cesar su actividad por diferentes motivos. En algunos casos, por no llegar a consolidar su negocio, en otros por no superar etapas de crisis (como la crisis económica mundial vivida hace una década) …
Pero en este artículo queremos hacer hincapié en aquellos pequeños negocios que, siendo totalmente viables y estando consolidados en sus mercados, tienen que adoptar la dura decisión de disolver y liquidar sus sociedades por jubilación de sus socios trabajadores.
Desde OHR consideramos que, una planificación adecuada de sucesión empresarial puede permitir la continuidad del negocio y que sus socios trabajadores salgan mejor parados. Evitar su disolución y liquidación, les permitirá jubilarse con una mejor situación económica, obteniendo el premio merecido tras su trayectoria empresarial. Esta alternativa de continuar con el negocio también evitará la destrucción de empleo y el coste de las indemnizaciones que, en algunos casos, puede llegar a ser superior a su valor de liquidación.
Para planificar adecuadamente un proceso de sucesión empresarial, desde OHR ayudamos a las PYMES a valorar sus negocios y a estudiar las alternativas de sucesión que más se adecúe a su empresa. Para ello, tenemos en cuenta la evolución del negocio (en su cifra de negocio, EBITDA, inversiones, …), la estructura de sus activos (si tienen inmuebles en propiedad, excedentes de tesorería, …), la estructura de sus pasivos (endeudamiento con entidades financieras, garantías de los socios, …), el equipo humano que tiene la empresa, así como otros aspectos cualitativos y cuantitativos de su negocio. Y, con todo ello, diseñamos un plan de acción que permita materializar el proceso de sucesión empresarial.
En OHR consideramos que, la mejor opción, pasa por conseguir que sean los propios trabajadores quienes asuman el liderazgo y se conviertan en empresarios. Y, para ello, tenemos que diseñar un plan de acción que nos permita avanzar en su materialización sin que el coste económico sea una barrera de entrada para los propios trabajadores. Y en el caso de que no sea posible formar un equipo humano que sea quien asuma el liderazgo, siempre tendremos la opción de buscar en el mercado a alguien interesado en hacerlo, antes de tener que adoptar la difícil decisión de cesar la actividad por jubilación de sus socios, con la consecuente disolución y liquidación de la sociedad, y el elevado coste económico que puede llegar a suponerles.
Quedamos a su disposición para aclarar las dudas que se le hayan podido suscitar con el presente artículo, estudiar su caso concreto y acompañarle en su proceso de sucesión empresarial.